Hoy
me gustaría compartir con todos y con todas dos artículos sobre el uso de las redes
sociales y las nuevas tecnologías, especialmente del whatsapp, ampliamente utilizado por nuestra juventud, y que, según
varios estudios, es un precursor de la violencia de género, ya que se está
haciendo un uso inadecuado e irresponsable del mismo, como por ejemplo, controlar
a la pareja.
El
primer artículo fue publicado por Natalia
Massó el 21 de julio del 2014 en Generando
Igualdad. Surgió a partir de la campaña “NO TE CORTES” que puso en marcha la Comunidad de Madrid para
prevenir la violencia de género entre los jóvenes. El segundo y más reciente,
publicado el 3 de junio del 2015, lo escribió Paula Suárez, para su blog Pedagogía
Positiva, Educación Intervención
Social, en el que afirmaba que el whatsapp es “otra forma de violencia, más
silenciosa y difícil de detectar”. Aquí os dejo el primero:
“Hace un par de meses vi en el Metro el cartel de la campaña “No te cortes” para prevenir la violencia de género entre la juventud. Me gustó porque transmitía ejemplos claros de conductas que reflejan una relación de pareja abusiva y además lo hacía a través de un canal (WhatsApp) con el que l@s jóvenes se sienten identificados.
Sabemos que los adolescentes identifican
la violencia de género pero no detectan las actitudes de la violencia. Este
hecho me hizo reflexionar sobre el motivo y la responsabilidad de todos los
agentes que estamos implicados en la lucha por la erradicación de la violencia
de género.
Es importante dar información, pero tanto o más lo es el cómo la
transmitimos.
L@s psicólog@s trabajamos con conductas, pensamientos, emociones, consecuencias…el primer paso es identificar las conductas problema y para ello intentamos definirlas de la manera más operativa y concreta posible. Así, no es lo mismo decir “Ha intentado aislarte de tus amigos” que decir “Te dice que tus amigos no le gustan, que mejor salís solos él y tú, que no te convienen…”.
Tenemos que ayudar a nuestros jóvenes a detectar las primeras y pequeñas señales. Nos siguen vendiendo que los celos son un acto de amor y eso es lo que impide identificar como tales lo que realmente son conductas de control.
L@s psicólog@s trabajamos con conductas, pensamientos, emociones, consecuencias…el primer paso es identificar las conductas problema y para ello intentamos definirlas de la manera más operativa y concreta posible. Así, no es lo mismo decir “Ha intentado aislarte de tus amigos” que decir “Te dice que tus amigos no le gustan, que mejor salís solos él y tú, que no te convienen…”.
Tenemos que ayudar a nuestros jóvenes a detectar las primeras y pequeñas señales. Nos siguen vendiendo que los celos son un acto de amor y eso es lo que impide identificar como tales lo que realmente son conductas de control.
Como
comenté al principio, me gusta la campaña “No te cortes” precisamente por el
canal que utiliza: WhatsApp, siendo éste un medio que permite un alto control
sobre otra persona. Algunos ejemplos serían frases como:
– ¿Por qué estabas conectada a esas horas de la noche?
– ¿Por qué no aparece tu última conexión? ¿Es que no quieres que lo sepa yo?
Si les hablamos a los jóvenes explicándoles con ejemplos concretos lo que son actitudes y comportamientos que representan relaciones de desigualdad, les será más fácil detectar las actitudes que caracterizan la violencia de género”.
– He visto que estás en línea y no me escribes, ¿con quién hablas?
– ¿Por qué estabas conectada a esas horas de la noche?
– ¿Por qué no aparece tu última conexión? ¿Es que no quieres que lo sepa yo?
– Has recibido mi mensaje y no contestas. Tiene el doble clic. ¿Qué
haces que no me respondes?
Si les hablamos a los jóvenes explicándoles con ejemplos concretos lo que son actitudes y comportamientos que representan relaciones de desigualdad, les será más fácil detectar las actitudes que caracterizan la violencia de género”.
Natalia
Massó de Pablo.
Psicóloga y presidenta de Generando Igualdad
Psicóloga y presidenta de Generando Igualdad
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http://www.generandoigualdad.com/adolescentes-whatsapp-y-violencia-de-genero/#sthash.LyUUkQPA.dpuf
Y aquí tenéis el de Paula Suarez:
…desde la
experiencia de historias conocidas por mi profesión…llegamos a la “forma de violencia más silenciosa y difícil de
detectar que puede existir en el momento actual, desde las redes sociales y
desde la aplicación de mensajería instantánea llamada "Whatsapp",
desde la que se controlan comportamientos como:
·
estado en línea
·
lectura de
última conexión
·
envío de
mensajes inmediatos
·
solicitud de
envío de fotos para controlar la ropa, lugar en el que se encuentra, etc
¿Hasta qué punto hay que
alertar sobre estos comportamientos?
La respuesta es sencilla... hasta donde
sea necesario, hasta donde la ley nos permite y hasta donde la prevención se
pueda situar. No se trata de estigmatizar el uso de la tecnología, se trata de
informar y formar a padres e hijos e hijas en cuanto a su uso, se trata de
responsabilizar y de se trata de mostrar los riesgos porque existen y es muy
difícil aprender a enfrentarse a ellos sin conocimiento.
Por mi trayectoria profesional y desde
mi trabajo actual en Positivando Gabinete psico-pedagógico, estoy en
disposición de afirmar que el uso del whatsapp, redes sociales, aplicaciones
como instagram y snaptchat y los chats privados están generando no sólo serios
problemas de violencia entre los adolescentes, también entre adultos si bien no
es este el caso que nos ocupa, y está generando serios problemas emocionales,
de autoestima y de sentimiento de acoso entre la franja de edades de 12 a 18 años.
La tecnología abre un campo y requiere
de unas habilidades, actitudes, pensamiento, gestión y control que los jóvenes
no están capacitados para gestionar. Nacer
con las tecnologías ya instauradas socialmente no es indicio de "nacer
aprendido", sólo es indicio de cercanía pero no de autogestión de las
mismas... todo requiere un aprendizaje según forma, necesidades de uso y edad
de la persona”.
Paula
Suárez.
Pedagogía Positiva, Educación Intervención Social
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